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Derecho y Ley de Familia

El derecho de familia es una rama de la práctica legal que se ocupa de todos los procesos y regulaciones de las leyes vinculadas con las relaciones familiares.

Derecho y Ley de Familia

El derecho de familia se enmarca en el ámbito del derecho civil, que regula los principales elementos de esta especialidad, y se complementa con una serie de estatutos específicos que se han promulgado para adecuar la regulación de esta institución a la realidad social.


El derecho de familia determina los derechos de los miembros de la familia, si las parejas deben estar casadas para divorciarse, los procedimientos para la adopción de niños, las normas para la manutención de los hijos, la manutención del cónyuge, la división de la propiedad y los acuerdos prenupciales, entre otras cuestiones domésticas.

Un abogado de familia es el profesional que prepara los documentos legales para los clientes y representa sus intereses en los tribunales de familia.


Algunas jurisdicciones tienen asignadas cortes de familia para resolver los trámites legales familiares. En otras, los asuntos de familia se juzgan en tribunales municipales, de distrito o de circuito.


A continuación, se describen los asuntos más comunes administrados por las leyes de familia.


Divorcios o disolución del matrimonio


El divorcio es un proceso legal por el que se pone fin legalmente al vínculo entre las personas casadas. La ley de familia rige los procedimientos para llevar a cabo un divorcio y la ley varía según el estado donde se presente la petición de divorcio.

Cuando cualquiera de los cónyuges o ambos no desean continuar en matrimonio, pueden, de forma individual o de común acuerdo, solicitar o promover por la vía Es muy frecuente que las parejas se desvinculen legalmente, sobre todo si hubo violencia y abusos graves.

El divorcio se inicia cuando una persona presenta los trámites de divorcio, de acuerdo con las leyes del estado en el que reside. Este proceso debe ser completado en un estado antes de que el divorcio sea finalizado.

Tanto los divorcios como las separaciones legales son diferentes entre sí. En ambos casos hay que discutir el reparto de bienes, la pensión alimenticia, las deudas, la custodia y la manutención de los hijos menores.


Matrimonios y uniones libres o concubinatos


Cuando dos personas desean casarse, deben seguir los pasos y condiciones que establece el derecho de familia de su estado, y ante la ley, un contrato matrimonial es una forma de declaración legal conocida como "bienes gananciales".

En la ley, los derechos y deberes se adquieren dentro de la institución del matrimonio. Los futuros cónyuges deben obtener una licencia de matrimonio, hacer que un oficiante autorizado celebre la ceremonia dentro de un plazo determinado y llevarla a cabo en presencia de testigos.


Concubinato


Es conveniente afirmar que el protagonismo medido en el derecho de familia y los derechos y obligaciones que de él se derivan se da actualmente a una figura genérica que se denomina concubina, debe referirse a un matrimonio entre dos personas, que sin matrimonio y con impedimento para contraerlo, conviven de manera constante y permanente durante un periodo de tiempo.


Sin embargo, durante un periodo de tiempo que expira, uno de los requisitos de las parejas de hecho no se aplica. Si la mujer acaba embarazada, eso es suficiente para que los convivientes se conviertan en cónyuges, aunque aún no se cumpla el otro requisito.


Acuerdos prenupciales


Un acuerdo prenupcial es redactado por un abogado y firmado antes del matrimonio, en el que se indica cómo los cónyuges van a dividir los bienes en caso de que más tarde se divorcien, dejen el matrimonio o mueran.


Un acuerdo prenupcial también puede regular las relaciones familiares y conyugales, pero no aborda las cuestiones relativas a la manutención de los hijos, como la custodia de los mismos.

La elaboración de este tipo de contrato es muy común hoy en día, y son particularmente convenientes para aquellas parejas que se casan en segundas nupcias, para quienes tienen hijos o nietos con otra persona y para aquellas parejas con bienes y negocios de alto valor.

Del mismo modo, también existen documentos llamados “postnupciales” que pueden celebrarse entre personas ya casadas.

Adopciones de niños y adultos


La adopción es una de las formas en que puede producirse la filiación familiar.

La adopción sustituye a la filiación natural, la persona adoptada deja de pertenecer a sus padres naturales y, por tanto, se extingue la relación con sus familiares y sus efectos jurídicos.


Las adopciones también son regidas por la ley de familia y el procedimiento varía según el estado donde se lleve a cabo. En México son legales, tanto las adopciones de adultos, como las de menores de edad.


El adoptado tiene en la familia del adoptante los mismos derechos y obligaciones de un hijo y los impedimentos matrimoniales se extienden a la familia del adoptante.


La ley establece los requisitos legales para la adopción, velando para que sea benéfica para los adoptados, previa valoración psicológica y socioeconómica de los adoptantes.


Si usted pretende agrandar su familia, o desea darle a su hijastro los mismos derechos que a su hijo biológico, ante los ojos de la ley, la adopción en un recurso válido.


Derecho Familiar | De Hoyos Aviles

Establecimiento de la paternidad


Si usted es una madre que desea que el padre de su hijo sea reconocido como tal legalmente, o un padre que aspira a establecer la paternidad de su hijo, entonces debe recurrir a procedimientos legales muy específicos incluidos en la práctica del derecho familiar.



Por virtud de la filiación los padres son responsables en condición de igualdad frente a sus hijos, la ley protege el interés superior del hijo.


Una vez que se logra establecer la paternidad del niño, usted debe hacerse responsable de su crianza y gastos de manutención.



También tendrá derechos de visitas, y el menor podrá incluso heredar los bienes de ambos padres, así como recibir prestaciones del seguro social.

El hecho de que la ley reconozca la paternidad o maternidad, independientemente de que los padres se encuentren casados o no, es la garantía que el legislador otorga a los hijos en atención al ejercicio y goce


de los derechos de igualdad y no discriminación en las relaciones paterno filial.

Establecer la paternidad también le permite al niño acceder a la información genética o médica de su padre.


Manutención y custodia de los hijos


Los progenitores reconocidos legalmente están obligados a pagar un monto mensual para el sustento del niño.

Esto sucede cuando ocurre un divorcio, s


eparación legal, o los padres de los hijos menores de edad no comparten una relación de pareja, pero tienen hijos en común.


El establecimiento de la cuota mensual está regulado por la ley de familia de cada estado. El juez de la corte de familia toma en cuenta los ingresos de los padres y las fórmulas pautadas en su estado para c


alcular el monto de la manutención de los niños.


Algunas veces, cuando la separación se realiza en buenos términos, los padres llegan a un acuerdo entre ellos mismos sobre la custodia de menores. Sin embargo, es frecuente que uno o ambos ex-cónyuges neces


iten ayuda de un abogado para que los representen en los tribunales.


Régimen de visitas de los niños


La solicitud de un régimen de visita justo y conveniente es otro de los asuntos manejados por la ley de familia. Durante un divorcio o separación, los padres negocian sus propuestas para compartir tiempo, vacaciones y fechas importantes con sus hijos.


Cuando surgen conflictos entre lo


s padres sobre los derechos de visita y hay que presentar el caso ante el tribunal, un abogado puede ayudarle a preparar un argumento sólido para el juez.


Por ejemplo, un abogado especializado en la rama del derecho de familia puede cuestionar con vehemencia la a


firmación de que un padre es irresponsable con sus hijos; o, por el contrario, pelear para que un padre tenga visitas supervisadas debido a la seguridad del niño.


Derechos de las parejas de hecho


Algunos estados mexicanos reconocen los derechos de las parejas que deciden vivir juntas como si estuvieran casadas, aunque aún no hayan contraído matrimonio legal.

Tanto si opta por la vía tradicional de la cohabitación como por la vía moderna del matrimonio consuetudinario, debe consultar con abogados especializados en derecho de familia antes de hacer nada.


De Hoyos Aviles


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